1969. NÚMERO 10 DEL BOLETÍN DEL GULMONT.


Hubo un número 10. Lo intuía, porque una vez (hace ya cuarenta y cinco años) el cartero estuvo en mi casa pronunciando mi nombre. Pero nunca apareció ninguna carta o "sobre grande", que alguien me comunicó que había llegado. ¡Qué sé yo lo que fue de aquello! Pero quizá entonces me ahorró un mal trago.

Me lo he llevado ahora, cuando, por medio de Rafa Bermúdez, del G40 de Priego de Córdoba, a quien le agradezco el trabajo y la dedicación, me han llegado las cuarenta y tres páginas escaneadas de aquella revista, que poco tiene que ver con los nueve primeros números del Boletín del Gulmont, que siempre he conocido.

Carlos Echevarría vivió aquél número. Lo ha conservado todos estos años y, llegado el relevo, se lo ha pasado al grupo existente más cercano a la zona a la que se refiere su contenido, para que su existencia sea conocida por los espeleólogos que aún aprecian las historias de quienes les precedieron.

He leído en algún sitio que "por el Gulmont pasaron miles de muchachos", y no acertaba yo a imaginar cómo pudo ser eso. Desde su fundación, en 1960 y hasta terminar el curso 1962-63, yo tenía controlados los nombres de cuarenta y tres miembros. Pero es que, después, el Gulmont se socializó tanto que ningún nombre ni cara particulares quedaron para identificarle y representarlo, salvo los de su capellán. El Gulmont murió envuelto en su propio nombre, importante desde luego, que de tanto crecer lo ahogó. Fue un cambio de enfoque radical, que sustituyó la atención a un grupo de gente interesada por el conocimiento de la naturaleza, y crecido en continua especialización, a cambio de conseguir que una gran cantidad de "muchachos" pasaran las problemáticas vacaciones de primavera sin presentar dificultades de custodia en el internado. El nuevo planteamiento pasaba por la inspiración del Escultismo, lo mismo que en la fase anterior, pero solo como un pasatiempo saludable, sin ofrecer finalidades concretas. No se podía ofrecer finalidades a tanta gente. El Gulmont fue desapareciendo entre la masa aunque, eso sí, de forma patentemente cristiana.

¿Quién lo borró?. Indudablemente la superioridad de la Laboral, que consiguió hacerse con el control de un movimiento minoritario que se le había escapado hasta entonces. Los "tres extraños curas liberales que lo inventaron, lo organizaron y lo alentaron" desaparecieron o se apagaron, y en su lugar se publicó el Boletín número 10 que es una auténtica hoja parroquial de cuarenta y tres páginas, de las cuales merecen ser descargadas las que tratan de excursionismo, escalada y espeleología. También, naturalmente, la nota de Veroz, que ve y muestra perfectamente la situación, y es casi una despedida en toda regla. Como las tres páginas de Gago: un preámbulo de su posterior Esthética Originaria, quizá una explicación a su cambio de carril, sin pérdida de la dirección. Lo demás son virutas celestiales con aspecto pre-conciliar.

1969. Gulmont, Boletín nº 10.
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Dibujos (Humor) 1
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Dibujos (Humor) 2
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Dibujos (Humor) 3
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Dibujos (Humor) 4
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Dibujos (Humor) 5
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Alegría 1
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Alegría 2
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Alegría 3
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Alegría 4
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Alegría 5
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Humor.
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Humor.
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Humor.
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Humor.
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Deporte y Montaña.
41
Deporte y Montaña.
42
Deporte y Montaña.
43
Avisos y comunicaciones.

Publicado por Pere Plana Panyart, 11 de agosto de 2011.